Marcello Bittencourt

25 de abril de 1952 - 30 de abril de 2020
São Paulo, Brasil

Marcelo era un hippie de los años 60. Perfeccionista, amante de los libros y enamorado de la radio.

Producía como nadie, en casa o en su oficina en Rádio USP, donde tenía una colección de libros. Le gustaba tanto leer que también escribió. Ganó dos veces el premio Jabuti, el más grande de la literatura brasileña.

Introdujo programas específicos sobre libros en la radio y su voz era tan única de escuchar que contribuyó para otros programas. Marcelo tenía doble formación: primero en sociología, después hizo una maestría en periodismo. Dos campos de estudio que requieren leer mucho y además saber interpretar bien los discursos.

Marcello, de 68 años, no era gordito, pero tenía una pancita. Su cabello le llegaba a la altura de los hombros junto a una barba y lentes redondos, ese era el aire hippie que lo acompañaba. Muy tranquilo y good vibes, era su marca registrada.

Amante de una charla intelectual y un buen whisky, el periodista siempre compraba la bebida con su amiga Marcia en los freeshops de aeropuertos.

Marcello era amante de un buen periodismo y editaba como pocos. Sus piezas dejaban a todos en el estudio impresionados. Sus reportajes eran casi obras de arte.

Pero en una mañana de abril despertó, no se sintió bien y fue al hospital. Allí le hicieron diversos exámenes y descubrió algo que ni él mismo sabía que tenía. Sus allegados dicen que se infectó de covid-19 en el hospital. Cambió dos veces de hospital y se realizó más exámenes. Pero cuando lo sedaron y le pusieron en el respirador, le quedaban pocos días de vida.

Su pérdida fue devastadora para todos los amigos y compañeros. Con todos en confinamiento, ni siquiera pudieron abrazarse unos a los otros para consolarse. Sin embargo, jamás olvidarán su manera libre de vivir la vida, aquél aire hippie cariñoso y las conversaciones sobre política con un buen whisky. Su voz dejará un vacío.

Versión en portugués

Um hippie que saiu dos anos 60. Perfeccionista e amante dos livros. Marcello também era apaixonado pelo rádio. Produzia como ninguém e seja em casa ou na sala da Rádio USP, tinha uma biblioteca. Gostava tanto de ler que também escreveu. Ganhou duas vezes o Jabuti, maior prêmio da literatura brasileira. Deixando um legado eterno.

Introduziu programas específicos sobre livros e sua voz rouca era tão gostosa de ouvir que acabou contribuindo para outros produtos da rádio.

Marcello não era gordinho. Tinha uma pancinha. E seus cabelos na altura do ombro junto com a barba e os óculos redondos trazia o ar hippie que o acompanhava. Despojado e tranquilão essa era sua marca registrada.

Amante de uma conversa intelectual e um bom Whisky. Sempre encomendava com sua amiga Márcia nos free shops de aeroportos. E as conversa em sua casa só paravam quando a garrafa estava perto do fim.

Marcello era amante do bom jornalismo e editava como poucos. Suas obras eram de deixar todos do estúdio surpresos tamanha a arte que empregava na reportagem.

Numa manhã se sentiu mal e foi ao hospital. Lá fez uma porrada de exames e descobriu coisas que nem ele mesmo sabia que tinha. Acabou se infectando da Covid-19 no hospital. Chegou a trocar duas vezes de hospital e realizou mais exames. Mas quando foi entubado, teve poucos dias de vida….

Sua partida foi devastadora para todos os amigos e colegas. Com muitos em casa, nem consolo podiam dar uns aos outros. Contudo, jamais esquecerão aquele jeito despojado, aquele ar hippie carinhoso e as conversas sobre política com um bom Whisky. A voz rouca deixará saudades.

Facebook
Twitter
WhatsApp

Este perfil fue construido con los testimonios de Ligia Trigo, colega, y Marcia Furtado Avanza, amiga y colega. 

Libro de firmas
Si deseas compartir un recuerdo, aquí puedes hacerlo: